"Wounded Warrior Project es la comuna vertebral de mi permanente recuperación. Los programas y actividades que WWP ofrece son un escape para mejorar mi fortaleza emocional".
Keith Sekora
Los amigos y la familia de Keith Sekora le hicieron esta pregunta cuando decidió unirse a la Fuerza Aérea después del 9/11: "¿No has hecho suficiente?"
Estaban en lo cierto. Keith se unió al Ejército en 1989 y sirvió durante 10 años. Sus experiencias incluyen la Operación Sable del Desierto y la Operación Tormenta del Desierto; misiones en Panamá y Honduras; y tareas de rescate para ayudar a las víctimas del Huracán Andrew.
"Podía entender sus razones", dice Keith. "En ese momento, tenía un buen empleo como oficial de policía en la Oficina del Sheriff del Condado de King en Seattle. Pero después de lo ocurrido el 9/11, sentí que debía hacer algo más. Fue un llamado que me sentí obligado a aceptar".
En la Fuerza Aérea, Keith sirvió como instructor de armas de combate y compartió su sabiduría con los aviadores para que ellos pudieran estar preparados para el combate. Pero aún así no era suficiente para Keith, por lo que se sumó a la unidad de artillería y fue enviado en misión a Afganistán. Se volvió experto en desactivar bombas y desmantelar campos minados, lo que atrajo la atención del enemigo.
Durante una misión con la unidad de fuerzas especiales, Keith estaba cargando munición grande en su camión para su futuro desecho cuando de repente sintió algo parecido a un bate de béisbol que le golpeaba la espalda. Cuando el médico no pudo encontrar una herida de entrada o salida, Keith fue relevado de su servicio.
"Me dijo 'sin sangre, no hay falta'. Me dolía, pero estaba bien para seguir", dice Keith.
Sin embargo, no lo estaba. Poco menos de 32 horas después, finalmente se reveló el resultado de la lesión. La protección del cuello en la armadura de Keith se había metido en su cuello, y alcanzó a romper su arteria y provocar coágulos sanguíneos. Keith tuvo una rápida sucesión de cuatro accidentes cerebrovasculares y 18 mini accidentes. Los coágulos se dirigían al cerebro como el salmón río arriba.
Las lesiones de Keith incluían trastorno por estrés postraumático (TEPT), lesión cerebral traumática (LCT),, pérdida de memoria, vértigo y pérdida de sensibilidad en el costado izquierdo de su cuerpo. Pasó seis meses en Walter Reed Army Medical Center y luego un año en Madigan Army Medical Center.
"No estaba ni mejorando ni empeorando. Entonces me jubilaron por razones médicas. Pensé que todo había terminado. Estaba paralizado y mi futuro se veía mucho peor que lúgubre. Me consideraba una carga".
Fue allí cuando Keith se inscribió en un campamento naval del programa Adaptive Sports en Port Hueneme, California, donde conoció a su compañero veterano de la Fuerza Aérea, también paralizado, Chris Wolff y, como dice Keith: "El resto es historia". Los dos pronto se convirtieron en mejores amigos, apoyándose entre sí, siempre de buen humor. Chris incluso le puso un apodo a Keith, "Foot-Skip", porque arrastraba su pierna izquierda cuando caminaba.
"Sí, me puedes escuchar cuando vengo por el pasillo", bromea Keith. "Es que está celoso porque soy más rápido, más fuerte y más apuesto que él. Esperamos mucho el uno del otro, ya sea que eso signifique derrotar a nuestros oponentes en voleibol sentado o avanzar un paso más en nuestra recuperación. Es mi fuente de inspiración".
Keith dice que la inspiración le permite progresar, y cumplir objetivos, a paso acelerado.
"Mi objetivo número uno es ser el mejor papá que pueda ser", dice Keith. "Y estoy trabajando para armar el equipo paraolímpico nacional de arquería para los juegos de Rio en 2016. Con el apoyo de familiares y amigos, no veo límites a mis logros".
Es ese tipo de inspiración la que Keith quiere compartir con sus compañeros veteranos heridos.
"Wounded Warrior Project es la comuna vertebral de mi permanente recuperación. Los programas y actividades que WWP ofrece son un escape para mejorar mi fortaleza emocional. A veces, el simple hecho de tener a otros veteranos para socializar, crear un vínculo y entender nuestras luchas es todo lo que se necesita para lograr el paso siguiente en el proceso de curación. Es por eso que quiero compartir todo lo que pueda de WWP con otros veteranos heridos".