Ray Andalio
Fuerza Naval ● Ayudante médico en el hospital ● Oklahoma
Nacido en las Filipinas, Ray amaba al país que refugió a su familia. Mientras servía en la Armada, fue enviado a Irak, donde su entrenamiento fue puesto a prueba.
Ray Andalio nació en las Filipinas e inmigró a los Estados Unidos cuando tenía 14 años debido a la revolución que había en su tierra natal. Amaba y respetaba el país que acogió a su familia y los ayudó a encontrar la libertad, y en 1992, decidió retribuir uniéndose a la Fuerza Naval estadounidense. Prestó servicio activo durante seis años antes de ser trasferido a las reservas.
En 2003, Ray fue enviado a Irak para desempeñarse como ayudante médico en una unidad de la Marina, y su capacitación fue puesta a prueba por completo. "Todo mi batallón estaba siendo bombardeado", dice Ray. "Todos en mi unidad tenían algún tipo de herida. Si dicen que no les pasaba nada, mentían".
Ray sufrió heridas en abril de 2004 cuando las ondas de choque de varias explosiones le provocaron una lesión cerebral traumática (LCT), que tiene hasta el día de hoy, que hizo que tuviera que usar anteojos oscuros para prevenir dolores de cabeza intensos. También vive con trastorno por estrés postraumático (TEPT) debido a sus experiencias. Como ayudante médico, estás allí para salvar vidas, pero la realidad de la guerra es que no puedes salvar a todos. Cuando Ray regresó a su hogar, lidió más con su culpa de sobreviviente y el TEPT que con su lesión física en el cerebro.
"Hubiera preferido tener LCT que estrés postraumático", dice Ray, "Porque todo mi tiempo en Irak fue una racha de mala suerte. Solo el hecho de recordarlo es desafiante".
Cuando Ray regresó a Las Vegas, comenzó a trabajar en un club popular, en parte porque de esa manera tenía una excusa para automedicarse con medicamentos y alcohol. Pero después de tocar fondo una noche cualquiera, Ray supo que no podía seguir viviendo de esa manera. Se mudó a San Diego para escapar de las tentaciones de Las Vegas y tener un mejor acceso a atención médica. Si bien buscó ayuda, tuvo muchos años difíciles. Hasta pensó en suicidarse.
Por suerte, en 2010, Ray conoció a un veterano quien le comentó sobre Wounded Warrior Project® (WWP), y su vida comenzó a mejorar. WWP lo ayudó a involucrarse en los deportes, como correr y hacer ciclismo, y los veteranos inspiradores que conoció lo ayudaron a darse cuenta de que podía superar el TEPT, como ellos lo había hecho. Lo más importante es que encontró un nuevo propósito: ayudar a otros veteranos.
"Gracias a Wounded Warrior Project, sigo siendo 'Doc.', aunque ya no soy ayudante médico", dice Ray. "Salvo a mis compañeros veteranos de otra forma ahora".
Desde entonces, Ray vive en Oklahoma, donde encuentra paz haciendo jardinería y andando en motocicletas con sus veteranos amigos. Pasa gran parte de su tiempo construyendo una organización sin fines de lucro que les enseñará a los veteranos habilidades valiosas, como jardinería, reparación de motocicletas y soldadura. También sigue prestando servicios como líder en un grupo de apoyo entre veteranos de WWP.
"Puedo contactar a las personas y marcar una diferencia en su vida", dice Ray. "Sinceramente puedo decirles, puedo detectar a cada veterano con el que me he encontrado que ahora está acompañado y tiene una mejor vida gracias a Wounded Warrior Project".