
Angie Peacock
Angie Peacock se unió al Ejército de EE. UU. en 1998 porque quería un trabajo con significado y que la empoderara para así poder ayudar a otros. Cuando fue enviada a Irak en 2003, justo después de la invasión inicial de Baghdad, su función era establecer y mantener las líneas de comunicación de su unidad.
"Vivíamos en un peligro era constante", cuenta Angie. "Todos los días me preguntaba si iba a poder volver".
Durante su misión en Irak, desarrolló una enfermedad misteriosa que le hizo perder 40 libras y eventualmente fue evacuada del país por motivos médicos. Pero al otro día de haber llegado al hospital en Alemania, un artefacto explosivo improvisado hizo volar el convoy de su pelotón.
"Me sentía culpable por no haber estado ahí", cuenta Angie. "También me sentía avergonzada por no haber sufrido heridas a causa de alguna situación similar. No me sentía un soldado de verdad porque no fui evacuada por un motivo médico real". Angie buscó ayuda en el equipo de psiquiatría del hospital, pero la ayuda que le proporcionaron consistía en medicamentos recetados. En 2006, tomaba 16 medicamentos para combatir su trastorno por estrés postraumático (TEPT). Ese año, intentó quitarse la vida más veces de las que puede recordar.
Los siguientes diez años de su vida se sentía adormecida. Pasó por rehabilitación cuatro veces para intentar dejar de consumir sus medicamentos recetados. Pero también descubrió Wounded Warrior Project® (WWP).
"Recibí una invitación para participar en una cumbre de miembros en San Antonio", cuenta Angie. "Me acuerdo que se me acercó un miembro del personal de WWP y me habló. Le dije: “No pertenezco a este grupo, yo sólo sufro de TEPT”. Y ella me dijo: 'No vuelvas a decir eso. El TEPT es tan real como perder una pierna. Algunas personas piensan que perder una pierna es más fácil que sufrir TEPT porque les falta esa parte pero su cabeza está bien'".
Cada vez recibía más invitaciones a eventos a través de WWP y así descubrió que podía ayudar a otros veteranos y satisfacer su necesidad de tener un propósito que se le despertó muchos años antes de haberse unido al Ejército. También comenzó a asistir a la universidad y descubrió una organización de veteranos estudiantes en su facultad. En 2015, fue galardonada con el premio George C. Lang Award for Courage de WWP, que otorga reconocimiento a un veterano defensor de los veteranos que es modesto pero inquebrantable entre bambalinas.
Ahora, con su máster en Trabajo Social, espera poder ayudar a la mayor cantidad de veteranos posible. Además, ya se le retiró la medicación y comparte su historia para promover la reforma sobre la prescripción de medicamentos y superar su TEPT.
"A veces, el foco para la recuperación no eres tú", remarca Angie. "En cambio, está en ayudar a otras personas que están sufriendo y no pueden expresar cómo se sienten. Si puedes hacerlo, no sabes en la vida de quién generarás un impacto positivo".