Eric Delion
Infantería de Marina ● Sargento ● Georgia
Después de enfrentar el caos del combate y la oscuridad que siguió, el veterano de la Marina Eric Delion descubrió que la sanación comienza cuando dejas de luchar en soledad.
Como jugador de fútbol en la escuela secundaria, Eric Delion esperaba ser reclutado para jugar fútbol en la universidad. Pero cuando se rompió la mano durante la temporada de su último año, sus sueños de jugar fútbol se desvanecieron. En cambio, se vio siendo reclutado otra entidad: la Infantería de Marina de EE. UU. Al acercarse el final del entrenamiento básico, Estados Unidos fue atacado el 11 de septiembre de 2001.
Eric se vio afectado a una unidad de artillería para la invasión inicial de Irak en 2003, por lo que la primera mitad de su período de servicio fue relativamente tranquila. "Detonamos muchos dispositivos explosivos a distancia", dice Eric.
Su segunda misión, en 2004, no fue tan tranquila. Ahora era parte de una compañía de fusileros, así que Eric perdió la cuenta de la cantidad de enfrentamientos armados, ataques con lanzabombas, ataques con proyectiles y bombas plantadas al costado de la carretera que explotaron bajo los vehículos en los que transitaba. Pero lo peor de todo fue un artefacto explosivo improvisado (IED) que le provocó graves quemaduras a uno de sus compañeros.
"Su vehículo fue alcanzado por un IED con gasolina", recuerda Eric. "Cuando estalló, era como ver a un doble de riesgo en una película. Todo su cuerpo estaba envuelto en llamas. Ver eso y no poder ayudar porque estábamos en una emboscada fue una de las sensaciones más devastadoras de mi vida".
Al volver a casa, Eric se apartó de todos y empezó a beber mucho. Su comportamiento separó a su familia. No pasó mucho tiempo antes de que le diagnosticaran trastorno por estrés postraumático (TEPT). Luego, en 2011, cuatro años después de dejar el ejército, Eric se encontró con uno de sus compañeros de la Infantería de Marina y la reunión despertó recuerdos dolorosos. Llevó a Eric nuevamente a terapia, donde aprendió sobre el Wounded Warrior Project® (WWP).
"El primer evento al que asistí fue un Tough Mudder", dice Eric. "La camaradería fue... ni siquiera puedo explicar qué fabulosa sensación. Sentí esperanza".
Desde entonces, Eric ha participado en muchos más eventos de Tough Mudder e incluso ha escalado el Monte Whitney con WWP. También descubrió que le apasiona el ciclismo gracias a Soldier Ride®.
"Es terapéutico", afirma Eric. "Además de exponernos y ayudarnos a que no sintamos compasión por nosotros mismos. Es como decir 'Miren a estos muchachos, son veteranos heridos y miren lo que están haciendo'. Es muy impactante. Recuerdo y sonrío, porque no podría estar más agradecido por mi presente".
Ahora que Eric encontró su sistema de apoyo, su objetivo es asegurarse de que otros veteranos se den cuenta de que no están solos.
"Quiero decirles a todas aquellas personas que están pasando por una experiencia similar a la mía, que hay una luz al final del camino. Siempre hay personas dispuestas a interesarse por uno. Lo único que hay que hacer es encontrarlas".
Con la ayuda de WWP, Eric redescubrió el propósito, la confianza y el poder de la conexión. Desde Tough Mudders hasta Soldier Rides, ha demostrado que la sanación es posible con el apoyo adecuado. Hoy, Eric continúa avanzando, recordando a sus compañeros veteranos, que no importa cuán oscuro parezca el camino, siempre hay luz por delante y una comunidad lista para ayudarlos a encontrarla.